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El día 16 de junio de 2018 a las 17.30 horas llegó el tan ansiado momento de nuestro reencuentro en el Parque Eva Duarte junto a la Plaza de Manuel Becerra.


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Las personas que hemos sufrido el desarraigo que lleva consigo la emigración, como es mi caso, tenemos un sentimiento de pérdida que, por momentos, parece imposible de superar. Primero, en ocasiones siendo aún niña, vives  el abandono de parte de tu familia, de tu entorno, del colegio y, en cierta manera, de la infancia. Años más tarde, cuando tus padres deciden que llegó el momento de volver a los orígenes, te enfrentas a un nuevo proceso de pérdida, esta vez de la vida que te has forjado en el país de acogida, tus amigos y amigas de juventud…, incluso de una forma de ver y entender la vida.

Vas  cumpliendo años y se vuelve inevitable añorar la juventud y los buenos momentos vividos con compañeros y compañeras a las que, en muchos casos,  no has vuelto a ver y de las que no tienes noticias. La vida nos ha llevado a cada uno por derroteros diferentes, tanto a los que permanecieron en Suiza como a los que estamos desperdigados por el resto del Estado español.

Pero, por fortuna, la vida es impredecible y sorprendente. El 8 de septiembre de 2017, descubres en tu móvil que Luis Carmona que creó un grupo de WhatsApp al que denominó Estudiantes Bachiller LU y que te acaba de añadir a ese grupo. 39 años después! Es tan grande la alegría que tardas días en asimilar que estás en contacto con personas que formaron parte de tu vida. Personas con las que has compartido una parte de tu devenir. Con las que estudiabas, te reías, te divertías, disfrutabas, les contabas tus penas y alegrías…y de pronto, estaban de nuevo ahí….como si no hubiese pasado el tiempo, aunque cada uno de nosotros tenga la mochila cargada de VIDA!

Todo esto llevó a un maravilloso encuentro en el mes de junio en Madrid.

Durante los preparativos del encuentro, te embarga una enorme ilusión porque te vas a encontrar con compañeros y compañeras a las que hace 40 años que no ves. Conforme se va aproximando la fecha, ya empiezan los nervios, la inquietud, la incertidumbre de pensar que si todo lo bonito que tu recuerdas está solo en tu mente o si realmente lo vivido es tan real como tus recuerdos.

El punto de encuentro fue a las puertas de un parque en Madrid. Fue tan emocionante, después de 40 años, que parecía que estábamos en los años 70 y ese parque era Maihof, la Misión española o cualquier otro lugar de encuentro habitual…. Creo que las palabras no son capaces de transmitir tanto sentimiento, alegría y emoción que allí se respiraba.

Ahora, la revolución tecnológica convirtió el planeta en un lugar mucho más pequeño y abarcable que cuando nos conocimos, tengo la certeza de que no permitiremos que esa distancia, cada vez más pequeña, que nos separa sea un obstáculo para que no podamos compartir el presente ni el recuerdo de nuestro pasado común.


Lourdes Paz